(Déjame tomarme un Selfie)

Han pasado dos años desde que Mateo Garrido Lecca debutó con Selfie, su primer show unipersonal. Desde el día uno, su intención siempre fue mostrarse tal y como es: sin poses, filtros ni caretas. Este año, sin embargo, regresa recargado y con una puesta en escena mejorada que logra exponer lo más profundo de sus defectos, desastres e inseguridades, pero también la fuerza, el valor y la capacidad para reírse de sí mismo que tanto lo caracteriza.
Con un espíritu innato para las artes y el humor, Mateo nunca se animó por tomar un camino afín porque sentía que estaría echando al agua todos los años de esfuerzo y estudio que dedicó a la carrera de Ingeniería Industrial. Una vez graduado tenía la sensación que, de alguna u otra manera, decepcionaría a su familia si lo abandonaba todo. Pero, tal vez sin querer queriendo, las vueltas de la vida le trajeron más de una sorpresa.
“Todo cambió cuando dejé la agencia de publicidad en la que yo estaba como ingeniero” recuerda Mateo. Tenía 24 años y tras una fallida búsqueda del ‘típico’ trabajo ingenieril, comenzó a trabajar con su papá y paralelamente se aventuró en la comedia. “Lo único que le pedí a mi viejo fue que no me juzgue ni critique, que me permitiera probar suerte en el humor y dedicarme por un año a lo que realmente me gustaba” continua.
Así, trabajó en oficina de 9 a.m. a 6 p.m.; de 6 a 8, colaboraba gratis en un programa de radio online; de 8 a 10, en shows y a partir de las 10 de la noche, cuando Mateo regresaba a su casa, se dedicaba a editar y publicar sus videos para redes sociales. Nueve meses después, sus seguidores ya superaban los 40mil y la aceptación que encontró en el público lo impulsó a llevar su talento al siguiente nivel: recolectó material, pulió algunos detalles y le dio vida a Selfie, su primer unipersonal.
En el show, Mateo cuenta su historia desde el principio, incluso antes de que los videos y la comedia llegaran a su vida. “Parto desde una verdad muy honesta, exponiendo miedos y secretos de cuando era muy chico. Selfie es, como su mismo nombre lo dice, un autorretrato. Es lo más transparente y real que pueden obtener de mí”. De eso va el espectáculo que este año vuelve para presentarse en el Pirandello, de aprender a vernos a nosotros mismos tal y como somos: con lo bueno, lo malo y lo feo, pero sobre todo de aprender a reírnos de todo ello, disfrutar el camino y verle el lado divertido a lo que la vida nos propone.
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